Los 80 de Rafael Cancel Miranda

Rafael Cancel MirandaEl nacionalista Rafael Cancel Miranda pasó el día de su cumpleaños en Mayagüez, su pueblo natal rodeado de su familia inmediata y su familia extendida, junto a quienes sopló 80 velas, una por cada año de vida.

“Yo no pensé que llegaría a los 40 por el tipo de vida que vivía dentro de las cárceles, pero se siente bien saber que llega uno a los 80 y tiene el respeto y el cariño de la gente que uno quiere, de mi pueblo, y que uno pueda mirarse a uno mismo y sentirse bien, que le guste lo que uno vea. He cumplido 80 años y no he vivido sólo para mí, he compartido mi vida con mi gente. Me siento bien”, dice Cancel Miranda.

Rafael Cancel MirandaEl líder nacionalista, quien junto a Lolita Lebrón, Irvin Flores y Andrés Figueroa Cordero protagonizó el ataque a tiros al Congreso de los Estados Unidos el 1 de marzo de 1954, nació en el barrio Dulces Labios de Mayagüez el 18 de julio de 1930, en plena efervescencia de lucha libertaria nacionalista.

Según dice, a los siete años vivió la experiencia que marcó su destino revolucionario, la masacre de Ponce el Domingo de Ramos, el 21 de marzo de 1937. “Cuando vi a mi madre adoptiva regresar con su traje blanco ensangrentado, y conocer que los amigos de mi padre habían muerto por las órdenes del general estadounidense Blanton Winship supe que teníamos un enemigo mortal”, dijo Cancel Miranda.


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Rafael Cancel MirandaRecuerda que su madre tuvo que arrastrase por encima de los muertos para proteger su vida y la de su padre mientras 19 boricuas morían y otro centenar resultaba herido por el único delito de marchar pacíficamente por la liberación de los presos políticos Pedro Albizu Campos y Juan Antonio Corretjer, entre otros.

Días más tarde experimentó el primer acto de represión al ser expulsado del salón de clases por negarse a recitar el juramento a la bandera de las rayas y las estrellas. A los 17 años fue arrestado y sentenciado a cumplir dos años y un día en una prisión de Florida por negarse a la inscripción en el ejercito estadounidense. De regreso a la isla otro intento de arresto le obligó a exiliarse en Cuba con un nombre falso.

Catorce meses vivió allí picando piedras para la construcción del túnel de La Habana a Marianao, hasta que se enteró Fulgencio Batista quien le expulsó del país. Al regreso pasó varios meses en la cárcel de La Princesa del Viejo San Juan, donde estuvo por última vez con el líder nacionalista, Albizu Campos.

Fuera ya de prisión se fue a Nueva York donde participó en las luchas por la independencia de Puerto Rico. En 1953, se unió a la Junta Nacionalista para cabildear en la ONU “contra la intención de los Estados Unidos de legitimar internacionalmente el estado colonial que se mantuvo tras la aprobación de la constitución del Estado Libre Asociado en 1952”.

Rafael Cancel MirandaNo pasaría mucho tiempo antes del ataque al Congreso. El primero de marzo de 1954 Cancel Miranda disparó ocho tiros desde las gradas del Congreso. Cinco congresistas de los 243 que estaban en la sesión resultaron heridos, tres de ellos de gravedad, los demás sólo recibieron heridas leves en las piernas.

“La idea vino de Albizu, la ejecución fue nuestra. Porque los nacionalistas no somos soldaditos que matan y después dicen que los mandaron. Los nacionalistas tenemos cerebro. Tomamos la decisión conscientes de lo que eso significaba y lo hicimos por la libertad de nuestra Patria”.

Por ello estuvo en el corredor de la muerte junto a Lebrón, Flores y Figueroa Cordero antes de ingresar a la prisión de Alcatraz. Estuvo encarcelado en siete prisiones de los Estados Unidos, entre ellas seis años en la de Alcatraz; diez en Leavenworth y nueve años en la de máxima seguridad en Marion, Illinois. Dieciocho meses estuvo en un tratamiento de modificación de conducta “para tratar de moldear nuestra conducta conforme a sus patrones e intereses, pero no pudieron. Nunca aceptamos tratos de ningún tipo, y no nos arrepentimos de nada”.

Después de 25 años y medio, y tras una campana internacional por su excarcelación, Cancel Miranda fue liberado sin restricción alguna. Desde entonces ha participado activamente en la lucha por sacar a la marina de Vieques, intercedió para evitar la extradición de Guillermo Morales, hoy asilado en Cuba; ha dictado conferencias por la independencia de Puerto Rico en universidades de Estados Unidos y ha visitado en reclamos por la libertad países como Cuba, República Dominicana, México, Venezuela, Nicaragua, Guatemala, Panamá y Ecuador, entre otros.

Como rechaza utilizar el pasaporte de los Estados Unidos, ha declinado invitaciones de países como España, Grecia, Japón y Bolivia.

Rafael Cancel Miranda“La diferencia entre aquel joven de 23 años que entró al capitolio gringo con Lolita, Andresito e Irvin, la única diferencia, es que estoy más convencido de lo que estaba luchando a los 23, y cuando fui preso a los 18 por no querer matar coreanos. Hoy estoy más convencido de la razón de mi lucha, de que yo estaba correcto en ese momento y lo sigo estando a los 80. Me doy cuenta que ya a los 23 y a los 18 sabía que camino debía recorrer”, hemos citado.

Rafael Cancel Miranda ha vivido por y para la Patria. Un hombre brillante, un poeta que ha escrito siete libros, dejó todo por su país: una familia, dos hijos y la comodidad de un hogar apacible por las mazmorras de las cárceles mas inhóspitas en aras de la libertad, “no soy terrorista, terrorista es la nación invasora, esos son los terroristas”.

A los 80 todavía se le ve al pie el cañón, lo mismo cruza el perímetro policial para persuadir a estudiantes universitarios de no arriesgar más de lo que amerita el momento, que está cerca de los reclamos de los trabajadores o de vuelta a la Universidad para pedir que no se rindan las luchas ni los principios. A los 80 no se arrepiente de nada.

“Prisionero por la patria es estar libre. Me arrepentiría de no haberme atrevido sacrificar aunque fuera un día de mi vida por aquello de lo que estoy convencido que es lo mejor para mi gente. Yo soy bien independiente. Para mi cada día en prisión era una tortura pero por lo que fue no me arrepiento. Si tuviera que volver 28 años de mi vida a la prisión otra vez por cumplir con lo que creo debo cumplir por mi gente, lo haría”.