Plenazo Mayagüezano en La Naza de Dulces Labios

La Naza en el Barrio Dulces LabiosDulces Labios es un barrio plenero. En el pasado era usual ver a cuatro o cinco pleneros en alguna esquina tocando una tarde cualquiera. No había que tener una razón para tocar. Y no era cualquier plena la que se tocaba, podía estar el propio don Ramón Rivera Alers, padre de Mon Rivera, y creador del trabalenguas. La tradición plenera del trabalenguas la siguieron tanto su hijo Mon como Cocolay, quien todavía pulula por las calles de Dulces Labios. Y a sus 86 años sigue tocando como un maestro.

 

Dicen los que están cerca de Cocolay que a veces se le olvidan las cosas, pero las plenas no se le olvidan. Plenazo tras plenazo las canta sin problema y le añade improvisaciones mientras repica el requinto. El sábado, 28 de agosto es probable que Cocolay pase la tarde en La Naza, un negocio emblemático de Dulces Labios que celebrará ese día un Plenazo Mayagüezano desde las 3:00 de la tarde.

 

“Los muchachos, Kily, Carlitos y yo teníamos una inquietud de que la plena de Mayagüez se perdiera”, dice Miguel Álvarez, plenero mayagüezano y uno de los organizadores del evento. “Nosotros siempre íbamos a los de allá (San Juan), a los Plenazos Callejeros, y hace como cuatro años decidimos empezar a hacerlos acá también”. Cada mes los pleneros mayagüezanos se reúnen en un barrio distinto. “Vamos a Buena Vista, Dulces Labios, El Seco, barrios que siempre han sido pleneros y tratamos de que no coincida con el Plenazo Callejero de ese mes para que los muchachos puedan venir”.

 

Los plenazos son eventos informales en los que se juntan pleneros de toda la Isla con el único propósito de tocar. A veces llega gente que se dedica a tocar o que es parte de algún grupo formal y tocan codo a codo con amantes del género que tienen una pandereta en su casa y más o menos se defienden. No hay reglas establecidas. Uno de los pleneros se para en el centro del tradicional círculo plenero y pone un tema, el resto lo sigue en una fiesta que empieza por la tarde y se acaba cuando se vaya el último. Desde el 2004 empezaron a celebrarse los Plenazos Callejeros una vez al mes en distintos pueblos de la Isla y de allá para acá han surgido esfuerzos regionales en Mayagüez, Ponce y Toa Baja, entre otros pueblos. Los plenazos han provocado un encuentro generacional y nacional que ha unificado a la comunidad plenera de toda la Isla. “Siempre llega gente nueva y se compra su pandero para aprender a tocar”, dice Miguel.

 

Cocolay cantando en el plenazo de El Seco

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“En Dulces Labios se tocaba mucha plena antes”, dice Miguel, “había un grupo que se llamaba Si se logra en el que había personas mayores incluyendo a Luis Méndez y al difunto Tony Capitán”. Capitán era el cómplice de Cocolay en muchas rondas y su muerte, hace tres años, movilizó a pleneros de todas partes hasta Mayagüez.

 

En la Sultana hay una efervescencia plenera y bombera constante. Además de los plenazos hay espacios como Las Delicias y La Tertulia donde tocan grupos de plena y bomba regularmente. El gobierno municipal también contribuye al esfuerzo de mantener vivos los géneros con un taller dedicado exclusivamente a la enseñanza de la bomba. También se ha recuperado parte de la tradición y de vez en cuando una noche cualquiera desenfundan en La Naza o en cualquier otra esquina tres o cuatro pleneros con ganas de tocar.

 

La Naza, ubicada en el 108 de la calle San Juan en Dulces Labios, lleva 68 años en el mismo sitio. “El negocio originalmente era de mi abuelo, Juan Feliciano, después fue de mi papá y ahora lo administro yo”, dice Christian Feliciano, dueño de La Naza. “Lo de nosotros es la salsa y la plena, aquí no hay reguetón ni merengue”, apunta.