La evidencia ictiológica: lo que indican los peces

La clara, precisa y significativa evidencia ictiológica sobre la abundancia de la pesca y las especies pescadas por los hombres de Colón que surge de fuentes históricas primarias apunta indefectible e inequívocamente a la Ensenada de Mayagüez como el único plausible escenario del fondeo colombino en 1493.

Fray Bartolomé de las Casas (1474-1557), en la página 10 del Tomo 2, Capítulo LXXXV de su "Historia de las Indias" publicada en 1517 se expresó así:

“andando el Almirante su viaje para la Española vido muchas islas juntas que parecían sin número, a la mayor dellas puso nombre Sancta Úrsula, y a todas las otras las Once Mil Vírgenes; llegó de allí a otra grande, que llamó de Sant Juan Baptista, que ahora llamamos de Sant Juan, y arriba digimos que llaman Boriquen los indios, en una bahía della; al Poniente, donde pescaron todos los navíos diversas especies de pescados, como sábalos, y sardinas algunas, y en mucha cantidad, lizas, porque destas es la mayor abundancia que hay en estas Indias, en la mar y en los ríos”.

Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557), primer Cronista del Nuevo Mundo, y Antonio de Herrera y Tordesillas (1559-1625), Cronista Mayor de Castilla y de las Indias, dejaron constancia de lo siguiente:

Lic. Federico Cedó Alzamora , Historiador Oficial de Mayagüez.Lic. Federico Cedó Alzamora , Historiador Oficial de Mayagüez.“Luego que vio las costas de ésta, la dio el nombre de San Juan Bautista, fondeó en una Bahía de ella ácia el Poniente, en la cual halló muchas especies de pescados, lisas, sávalos, sardinas, robalos, y otros que hay en abundancia”.

En lo que se refiere a la evidencia ictiológica, que surge de las referencias que los marineros y acompañantes de Cristóbal Colón y los cronistas hicieran sobre los peces que pescaron en el lugar donde fondeó en la isla de Boriquén la real armada descubridora, la Academia Puertorriqueña de la Historia erró en 1995 al soslayar, de plano, su probable utilidad para ayudar a dirimir la cuestión que ella misma se había planteado, eludiendo la clara y significativa evidencia ictiológica, con un descorazonador “nunca podremos saber...” limitando teórica y anticipadamente su posible uso, a hipotéticos intentos futuros de establecer diferencias que creyó improbable que existiesen o que quizás creyó que no fuesen lo suficientemente marcadas, como para resultar verdaderamente significativas, entre la fauna marina de cuatro distintos sectores de una misma rada, la de Aguada-Aguadilla, en lugar de utilizarla para distinguir entre las distintas bahías o ensenadas diseminadas por todo el poniente de la Isla en función de sus notables y bien reconocidas diferencias ecológicas.

La realidad es que si la real armada descubridora al mando de Colón fondeó en un canal al poniente de la isla bautizada por éste como isla de San Juan Bautista, hoy mejor conocida como isla de Puerto Rico en una bahía abundante en pesca, hay que reconocer que la ensenada de Mayagüez, es la única que está en el justo centro del franco y pleno poniente y es además la que tiene la pesca más abundante de todo el litoral oeste de dicha Isla.

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