Ramonita Vega Lugo: académica numeraria de la Academia Puertorriqueña de la Historia

Ramón Emeterio Betances acababa de regresar a Mayagüez con su título de doctor en medicina, en el año 1855, cuando fue nombrado cirujano de sanidad de la ciudad. Meses después tuvo que atender a cientos de compatriotas, muchos de los cuales murieron a consecuencia de la epidemia del cólera morbo, una infección intestinal que produce fuerte dolor de estómago, vómitos, convulsiones y muerte instantánea o en pocos minutos.

La curiosidad por saber lo que pasó durante los 12 meses que duró la epidemia que más muertes causó en Puerto Rico en todo el siglo diecinueve fue lo que empujó a la entonces joven universitaria Ramonita Vega Lugo a estudiar la historia de Puerto Rico y de Mayagüez.

“Me impactó la cifra oficial de 25,820 muertos en un año por la epidemia de cólera; el impacto demográfico. Sin duda, la gran catástrofe del Siglo XIX”, sostiene la profesora del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). Entre los que perdieron su vida había 5,460 esclavos.

Su libro sobre el cólera morbo

La también coordinadora del Programa de Historia del Departamento de Ciencias Sociales del RUM espera que su libro: Epidemia y Sociedad: el cólera en San Germán y Mayagüez, 1856, esté impreso en abril del 2020 cuando se conmemora el natalicio de Betances, de quien dice que su experiencia ante la aparición del cólera en 1855 y 1856 “le gana el nombre de padre de los pobres y de los negros esclavos”.

Reconocimiento a la investigación y a la formación de historiadores y maestros de historia

La mayagüezana, quien se crió en el barrio Maresúa de San Germán, quería ser periodista. Por eso en el año 1980 se fue a Río Piedras a hacer un bachillerato en Estudios Interdisciplinarios, hasta que se topó con la que sería su primera mentora en investigación histórica, la Dra. Piri Fernández de Lewis, una destacada profesora, investigadora y patriota puertorriqueña. A partir de entonces supo que sería historiadora.

Lo primero que le propuso a Fernández de Lewis fue “comenzar a llenar un vacío historiográfico”, señalado por el profesor Alberto Cibes Viadé en torno al tema de la devastadora epidemia de cólera de 1855 y 1856 enfocado en San Germán. Primero la maestra la orientó, y luego la envió a conocer el Archivo General de Puerto Rico.

“Fue mi base firme para ser mejor investigadora, o si prefieres decir historiadora”, recuerda Vega Lugo, quien el 14 de septiembre de 2019 fue incorporada como Académica de Número de la Academia Puertorriqueña de la Historia (APH). Distinción que, según dice, “es un reconocimiento a décadas dedicada a la investigación histórica y a la formación de futuros historiadores o maestros de historia”.

“Nunca tuve la ilusión como tal, lo consideré como un espacio privilegiado o exclusivo para los historiadores de mayor prestigio en el País, entre quienes estaban muchos de mis profesores. Una vez electa, resulta un honor y un privilegio compartir como colega con el selecto grupo de los académicos numerarios”, dijo a nuestro portal, mayaguezsabeamango.com.

Un dato “interesante y significativo” para Ramonita es el número de la medalla de plata con la que fue investida como académica numeraria. Se trata del número tres que en el 1985 la APH le confirió al Dr. Fernando Bayrón Toro y que quedó vacante tras su deceso, el pasado 15 de julio de 2019.

“Como si no fuera suficiente para colmarme de orgullo, la pasión por la investigación histórica que nos unió y la amistad compartida con él, se añade otro esplendor a la numeración. Ahora también nos une el número de su medalla. Más allá del número de nuestras medallas: Mayagüez nos une”, expresó.

Al cierre de su discurso de incorporación, Vega Lugo reconoció los méritos del historiador y abogado Bayrón Toro, “con quien establecí un estrecho vínculo profesional, al punto de que era quien originalmente estaba confirmado para responder mi discurso de incorporación. Como ejemplo, el Dr. Bayrón Toro me dio el privilegio de prologar una de sus últimas publicaciones: Expediente de la fundación de Mayagüez (1760), glosado por Bayrón Toro y publicado por el Municipio de Mayagüez, 2015”, destacó la historiadora.

La medalla con el número tres había pertenecido, primeramente, al respetado líder magisterial, el profesor José González Ginorio y en segundo lugar al historiador de la medicina, el Dr. Salvador Arana Soto, fenecido en 1993. La Academia Puertorriqueña de la Historia reúne, desde el 1934 a los historiadores de mayor prestigio del país, para servir a la comunidad nacional e internacional.

Dr. José Rigau, director de la Academia Puertorriqueña de la Historia, Dra. Ramonita Vega Lugo y Dr. Juan Hernández, Secretario Perpetuo de la Academia.Dr. José Rigau, director de la Academia Puertorriqueña de la Historia, Dra. Ramonita Vega Lugo y Dr. Juan Hernández, Secretario Perpetuo de la Academia.Comprometida con la historia de Mayagüez

Ramonita se doctoró en Filosofía y Letras en la Escuela Graduada de Historia de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPRRP). Se concentró en Historia de Puerto Rico y el Caribe. En el año 2009 la APH auspició la publicación, como libro, de su tesis doctoral: Urbanismo y Sociedad: Mayagüez de Villa a Ciudad, 1836-1877, un libro en el que según el director de la APH, José G. Rigau Pérez, quien la presentó la noche de su investidura, combina “dos de los asuntos que excitan el instinto investigativo” de la doctora Vega Lugo: Mayagüez y el desarrollo urbano.

“Aunque el libro se concentra en el periodo desde 1836, cuando el Gobierno designa a Mayagüez Villa, hasta 1877, en que le concede el título de Ciudad, la historiadora examina la urbe desde su fundación en 1760. Analiza su comercio, la formación del casco urbano, su casi desaparición en el fuego de 1841, la recuperación y ensanches, las obras públicas de la época (ayuntamiento, iglesia, mercados, cementerios, hospital San Antonio, acueducto) y servicios municipales como el alumbrado y las carretas de mercancía - necesidad imperiosa para una ciudad portuaria”, afirma Rigau Pérez.

Vega Lugo sostiene que desde los años 80 ha sido investigadora histórica “de, en y sobre Mayagüez”. “Mi trabajo pone en perspectiva el rol de Mayagüez y su puerto para contribuir a la economía regional”, dice la historiadora cuyo trabajo parece subsanar, en parte, lo que la historiografía tradicional no decía, puesto que “se enfocaba principalmente en San Juan y Ponce como los puertos principales durante el siglo XIX”.

Admite que una de sus contribuciones a la historia de su ciudad natal ha sido “dar a conocer y explicar el significado del puerto (en estudio de sus finanzas por 30 años) para el desarrollo de Mayagüez y su región (el hinterland) o esfera de influencia durante el siglo XIX, en varios periodos como segundo puerto principal, luego de San Juan”.

“Mi visión en términos de la importancia de Mayagüez en la historia general de Puerto Rico, va atada a su posición como puerto de entrada y salida de la producción agrícola y también de la intelectual”, acotó la catedrática del Recinto Universitario de Mayagüez.

Mayagüez siempre nos une

La académica de número aprovechó su discurso de incorporación titulado “Mayagüez nos une: historias en contrapunto para hacer un llamado a los investigadores de lo histórico a “examinar la historiografía mayagüezana como un conjunto armónico, no exento de contrariedades”.

“Agradezco tanto a los historiadores que me preceden, con temas sobre la historia de Mayagüez, como a los que son mis contemporáneos en la investigación continua. Todos y todas tienen eco en mis escritos y les reconozco como los pilares que me han elevado y a su vez sostenido. En cada esfuerzo de investigación reconocemos pistas o indicios y confirmamos lo consabido: no hay historias completas. Por tanto, debemos contribuir al relevo hacia la próxima generación de investigadores, para que puedan asumir los retos de seguir auscultando sobre viejos y nuevos problemas, así como temas”, recalcó.

Añadió que aun cuando “los acordes de nuestras historias” puedan estar en contrapunto siempre hay espacio para armonizarlos. “A pesar de las múltiples disonancias y consonancias, en temas o en debates inconclusos a través del tiempo, nuestro lugar común: Mayagüez como proyecto para la investigación, por siempre nos une”.

Por cierto, a petición de Vega Lugo la ceremonia de su investidura, se realizó en Mayagüez. Era la primera vez que la Academia Puertorriqueña de la Historia salía de sus instalaciones para investir a uno de los suyos. La ciudad no defraudó, la ceremonia se llevó a cabo a sala llena en el Museo Casa Pilar Defilló espacio cultural Pablo Casals.

“Mi compromiso como educadora, particularmente en la enseñanza de la historia de Puerto Rico y en la metodología para su investigación, me compromete a seguir colaborando en respuesta a consultas de tema histórico. Naturalmente, puedo responder más rápido a consultas sobre mis líneas de investigación en torno a la sanidad pública, la epidemia del cólera y sobre el crecimiento urbano y su relación con el puerto en el Mayagüez del siglo XIX”, sentenció la historiadora.

Biografía breve

Como historiadora Vega Lugo ha colaborado en proyectos complejos e interdisciplinarios: los estudios del Colegio de Arquitectos, de 1983 a 1986, para documentar las zonas urbanas de San Germán, Mayagüez y Ponce. Ayudó luego, en 1990, a que el distrito histórico de San Germán fuera reconocido en el Registro Nacional de Lugares Históricos que lleva el gobierno federal.

Organizó la colección Felisa Rincón de Gautier en nuestro Archivo General y ganó el diploma de maestría en Historia en la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, en 1989 con su tesis “Epidemia y Sociedad: El Cólera en San Germán y Mayagüez, 1856”.

En la década de 1990 fue asesora en el Archivo General y el museo Felisa Rincón. En febrero de 2001 obtuvo el doctorado en Filosofía otorgado en febrero del 2001 por la Universidad de Puerto Rico, Escuela Graduada de Historia de la Facultad de Humanidades, Recinto de Río Piedras.

Fue profesora en la Facultad de Estudios Generales en UPR Río Piedras; formó parte como historiadora ad honorem del Comité Asesor de Sitios y Zonas Históricas de la Junta de Planificación de Puerto Rico, en el que participó de 2001 a mayo de 2019; presidió la Asociación de Museos de Puerto Rico de 2004 a 2006, y transformó su tesis doctoral en el libro titulado Urbanismo y Sociedad: Mayagüez de Villa a Ciudad, 1836-1877. Ante los méritos del texto que distinguió el exdirector inmediato de la APH el Dr. Luis González Vales la Academia auspició su publicación en 2009.

Poco después de la publicación de su tesis, la autora regresó a su sujeto y ciudad natal, para unirse al claustro del Recinto Universitario de Mayagüez en el Programa de Historia, del Departamento de Ciencias Sociales, en la Facultad de Artes y Ciencias. Desde enero de 2016 es coordinadora del Programa y en julio del 2018 recibió ascenso a Catedrática, máximo rango docente.

Vega Lugo no solo es historiadora en Mayagüez y de Mayagüez; es historiadora con Mayagüez, con su Archivo Histórico Municipal, la Fundación de Museos, Damas del CAAM Hostosianas, la conmemoración anual del natalicio de Eugenio María de Hostos, y las ferias del libro que auspicia el municipio. Es miembro de múltiples asociaciones nacionales e internacionales.

En 2017 fue electa a la Sororidad Internacional Honoraria de Educadoras, Alpha Delta Kappa. San Germán, que muchas veces en su historia ha tenido mayor claridad de visión que San Juan, la eligió a su Academia de Historia en 2015.