Baja el telón para la coreógrafa Nana Badrena

Baja el telón para la coreógrafa Nana BadrenaMayagüez amaneció de luto tras el deceso de la coreógrafa, entrenadora e instructora María Teresa “Nana” Badrena fundadora del Western Ballet Theatre (WBT). A la también bailarina le sobreviven su esposo y socio Howard Phillips, su madre Mary Medina de 97 años y su hermana y también maestra de baile y coreógrafa Mumy Badrena.

Nana murió en el hospital Bella Vista de Mayagüez a las 9:30 de la noche del 19 de junio de 2020 por complicaciones del hígado y riñones. Los restos de la coreógrafa de 63 años serán cremados. Hasta el momento se desconoce en qué funeraria serán expuestos.

Kelvin Santiago, quien fuera el director asociado del WBT y amigo reconoce que será muy difícil “llenar unas zapatillas tan grandes como las de ella”. “Si puso ese legado en mis manos es porque ella sabía que conmigo estaría seguro y nunca moriría. Yo le prometí que su nombre, Nana Badrena iba a vivir siempre en la danza y en la historia de nuestro país”, agregó.

Por decisión expresa de la coreógrafa, Santiago, quien trabajó para Badrena desde el verano del 2010, pasa a ser el director ejecutivo de la nueva corporación que fusiona al Western Ballet Theatre con Escuela Mayagüezana de Ballet y Artes Escénicas, Eugenio María de Hostos, Corp. EMBAE. La nueva compañía llevará el nombre de Western Ballet Theatre Nana Badrena.

Baja el telón para la coreógrafa Nana BadrenaEl Western Ballet Theatre

Badrena, quien hace 15 años fundó el Western Ballet Theatre de Mayagüez estudió ballet con su mentora Yolanda Muñoz y tuvo entre otras maestras a María y Carlota Carrera, Ana García, María Benítez, Lolita San Miguel y los maestros Parés y Ramón Molina antes de ingresar al Ballet de Pittsburgh, donde después de probar suerte como bailarina se decantó por la coreografía, el entrenamiento e instrucción de los bailarines.

Insatisfecha por la terrible crítica que le hicieron por su trabajo en el Festival de Coreógrafos de Ballet Concierto de Puerto Rico, puso su mira en las Antillas Mayores: Cuba y República Dominicana.

En República Dominicana fue galardonada con el premio a la Mejor Coreógrafa por su trabajo Tierra. Y en Cuba, además de coreografiar con éxito para la compañía de la hija de renombrada bailarina y maestra Alicia Alonso, Laura Alonso obtuvo un permiso diplomático para trabajar allí. Para Pro-Danza coreografió el clásico Cascanueces, en el año 1990.

Baja el telón para la coreógrafa Nana BadrenaDe las experiencias que más valoraba la maestra, que formó parte del equipo de trabajo del Northern Ballet de Manchester en el Reino Unido, fue su paso por la escuela de la maestra cubana Alicia Alonso donde llegó por primera vez en el año 1989. Posteriormente coreografió la pieza Drácula para Pro-Danza la escuela de Laura Alonso.

Su afición por la coreografía, decía, comenzó cuando tenía unos cinco años y jugaba con sus muñecas a coreografiar el Bolero de Ravel. A los 21 ya había montado Los cuentos encantados de una princesa, un ballet original completo. Un año después diseñó otra obra suya, Encuentro con un origen.

“Yo me entrené con el Pittsburgh Ballet, con Madame Fokine, con Madame Danilova, con Balanchine, con grandes maestros de ballet. Me aprendí todos los repertorios pero mi llamada era la coreografía y el ‘coaching’. Es como cuando un pintor tiene un canvas en blanco y quiere plasmar una pintura, para mí eso son los bailarines”, destacaba.

A Mayagüez a dejar huellitas

Cuando se instaló en Mayagüez constató que ella era “la tercera generación” de comerciantes españoles que se asentaron en la Ciudad de las Aguas Puras en el siglo XIX, cuando la ciudad seducía por su extraordinaria hospitalidad y su efervescente actividad económica, política y cultural.

“Estoy aquí porque yo amo a Mayagüez y hay que dejar una huellita aquí del talento que hay en Mayagüez, esa era mi misión al regresar a Puerto Rico”, dijo en una entrevista a Mayagüez sabeamango.com.

Hasta hace unos meses, cuando comenzó sus tratamientos médicos, Nana compaginaba el entrenamiento de los bailarines de su compañía con la administración de la escuela de baile ubicada en el emblemático Casino de Mayagüez.

De hecho, algunos de los bailarines que había entrenado en los Estados Unidos se mudaron a Mayagüez para seguir su entrenamiento con la maestra.

“La labor que quiero dejar aquí es la que dejé en otras partes del mundo ellos se sienten honrados o contentos llámalo como tú quieras, de trabajar para mí”, insistía.

La maestra

“Era excelente en su trabajo, no se le escapaba una en la danza por eso creaba las bailarinas que creaba. Mumy era la técnica, pero ella tenía la magia de hacer que las bailarinas brillaran. Ella es una de las únicas que quedaba en Puerto Rico”, reconoce su también alumno.

Su mayor legado, según su alumno, “es la preparación de grandes bailarines a nivel nacional e internacional”.

“Uno de sus legados es ese Pas de deux de la obra Drácula que no ha sido borrado de la historia del Drácula cubano. Los cubanos se quitan el sombrero ante ella por ese gran Pas de deux de Drácula”, recalcó Santiago.

Kelvin recordó que Badrena “puso en el lente público internacional” al Teatro Yagüez. “Ella subió a esa escena lo mejor del Pennsylvania Ballet con bailarines de compañías que donaban su trabajo y con esos bailarines comenzó su escuela. Ella fue quien trajo los grandes espectáculos, y ella revive la historia del Teatro Yagüez, para ella, el mejor teatro del oeste, el más bello y de gran potencial en Puerto Rico. Ella decidió hacer de esas tablas su casa”, sostuvo al rememorar que que sus espectáculos tuvieron siempre “muy buena acogida”.

Baja el telón para la coreógrafa Nana BadrenaComo custodio de sus producciones, Santiago continuará montando sus repertorios con la colaboración de Mumy Badrena.

Como un homenaje a su maestra y amiga, Santiago se propone montar “sus dos mayores tesoros” las obras Drácula y El Cascanueces. Para ello ya cuenta con la colaboración de algunos de los alumnos aventajados de Badrena, entre ellos: Alejandra Rodríguez, Carlos Madera, Joshuan Vázquez y Fabiola Brown. Quique Benet también colaboraría en el diseño de luces y escenografía.

“Nana se nos fue. Partió para el cielo a seguir creando. Nuestra artista tiene un nuevo escenario en el cielo”, concluyó Santiago visiblemente conmovido.