Prólogo al libro póstumo del doctor Bayrón Toro “Conferencias y escritos” *

Leer un buen libro normalmente genera una gran satisfacción, y si el autor es un amigo, más aún. La Isla de Puerto Rico tenía un extraordinario historiador político-cultural en la persona del Dr. Fernando Bayrón Toro, q.e.p.d. de quien tenía el honor de que me llamara su amigo, y así yo también lo consideraba. Como historiador comprometido y gran amigo, me siento llamado a indicarle al lector sobre algunos aspectos importantes del Dr. Fernando Bayrón Toro, que encontrarán en este libro: Fue un gran admirador de: Pedro Gerónimo Goyco, Rafael María de Labra, Luis Muñoz Rivera, Felisa Rincón de Gautier, Miguel Ángel García Méndez, Luis Muñoz Marín y Juan Mari Brás.

Nació en el pueblo de Las Marías, pero amaba la ciudad de Mayagüez. En una ocasión dijo, refiriéndose a ella, “esta ciudad que quiero tanto”.

Lcdo. Harry Padilla MartínezLcdo. Harry Padilla MartínezSiempre se expresaba con gran distinción y respeto para la ciudad de Mayagüez. Se refería a ésta como “la siempre culta ciudad de Mayagüez”. Llevaba a Eugenio María de Hostos “muy profundo en [su] pensamiento y en [su] corazón”, por lo que era hostosiano por naturaleza. Quería profundamente a nuestra Isla. Al hablar de ella decía, “esta querida tierra puertorriqueña”.

Era un historiador extraordinario de la política y los partidos políticos de la Isla. Fue un historiador serio, ordenado, objetivo y sistemático. Un ejemplo es que en este libro escribe de líderes políticos con ideas encontradas de manera bien marcada como lo son: Miguel Ángel García Méndez, anexionista; Luis Muñoz Marín, autonomista y Juan Mari Brás, separatista.

Fue un erudito que dedicó su vida a ser profesor, investigador, escritor y académico. Además, cultivó otros temas, como lo fueron: nuestra historia política, las elecciones, los partidos políticos, el sistema electoral, la revisión electoral del país, la biografía de Rafael María de Labra y las historias de pueblos vecinos como Las Marías, Maricao y Hormigueros, entre otros.

Amaba la historia, y así lo demostró cuando en una ocasión nos dijo: “debo comentarles que por voluntad de Dios o consecuencia del destino mis inquietudes intelectuales y mis preferencias personales me encaminaron por el hermoso camino de la Historia.” Era autonomista como Baldorioty de Castro, pero independiente dentro de esa preferencia ideológica.


* Vea en este enlace el prólogo completo del licenciado Padilla Martínez.

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