Honran la memoria del “más grande héroe” de la guerra hispanoamericana Juancho Bascarán

Honran la memoria del “más grande héroe” de la guerra hispanoamericana Juancho Bascarán Lo que comenzó como una inquietud personal del legislador municipal de Mayagüez Víctor Vélez se ha materializado luego que ese cuerpo legislativo aprobara por unanimidad, una ordenanza que denomina el salón de conferencias del Centro Cultural Baudilio Vega Berríos con el nombre de Juan Ignacio “Juancho” Bascarán Quintero, en reconocimiento a su defensa de la ciudad al enfrentarse a las tropas estadounidenses para impedir que plantaran bandera en su pueblo, gesta que le convirtió “en el más grande héroe puertorriqueño de la Guerra Hispanoamericana de 1898”.

Bascarán Quintero defendió “en el campo de batalla, bajo el más intenso fuego de un enemigo, diez veces superior en fuerzas y armamento, el honor y la dignidad de todos los mayagüezanos”, lee en parte la ordenanza firmada por el alcalde interino Jorge L. Ramos Ruiz, el 10 de febrero de 2023.

Los datos de distintas fuentes citadas en la ordenanza, el 10 de agosto de 1898 “ante el avance de las fuerzas invasoras estadunidenses, Bascarán Quintero escogió a sus mejores veinticinco guerrilleros y le salió al encuentro al enemigo junto a la Sexta Compañía del Batallón Alfonso XII, que era la guarnición de la ciudad de Mayagüez”.

De cómo pasó

El historiador Mario Cancel Sepúlveda confirma lo dicho, en su artículo Hormigueros: los días de la invasión del 1898. “La caballería americana fue tiroteada por la tropa del capitán mayagüezano Juan Ignacio “Juancho” Bascarán Quintero (1854-1898), conocida con el sobrenombre de “Los sucios” por su aspecto descuidado e informal, muy cerca de una tienda, en el camino principal y dónde éste es flanqueado por dos haciendas de caña en el área del Puente Silva de la localidad. Aquellas ‘Patrullas volantes’ eran también conocidas con el nombre de ‘Macheteros’ y representan una parte importante de la historia bélica del país”, sostiene el historiador.

Rechaza rango de capitán al ejército invasor

Fue tal la impresión que causó el arrojo y valentía del mayagüezano y sus guerrilleros, al responsable de la ocupación del pueblo de Mayagüez, Brigadier General Theodore Schwan (1841-1926) y sus tropas, que le propuso a Bascarán ingresar al ejército estadounidense “ofreciéndole el rango de capitán”. El insobornable Bascarán Quintero rechazó la oferta.

Su guerrilla mayagüezana “midió sus fuerzas en las lomas de las cercanías de Hormigueros y más tarde se enfrentaría a las tropas estadounidenses en el Guasio en un intento por detener el avance y la toma por la fuerza de Las Marías”, abunda el también profesor y escritor Mario Cancel.

Honran la memoria del “más grande héroe” de la guerra hispanoamericana Juancho Bascarán Mientras el país miraba para otro lado, Los Sucios enfrentaron a los estadounidenses en 1898

El “D’Artagnan mayagüezano” como también se le conocía, fue un maestro aventajado en el manejo de las armas. Articulistas e historiadores aseguran que era esgrimista y duelista consumado “además de un caballero al servicio de las causas que juzgó nobles y dignas”.

Federico Cedó Alzamora, historiador oficial de Mayagüez, en su artículo La Guerra del 98 y Mayagüez, publicado en el 2014, asegura que Mayagüez “fue una de las pocas áreas en todo el país donde los soldados del Instituto de Voluntarios optaron por continuar en pie de guerra y donde los guerrilleros locales permanecieron dispuestos a luchar y lucharon contra el invasor”.

“Mientras el resto del país se limitaba al rol de simple espectador en una desigual guerra entre dos imperios cuyo desenlace final ya conocían, los mayagüezanos, con su frente en alto, optaron por luchar como cuestión patriótica y de principios, con dignidad, aunque sin esperanzas de triunfo, por salvar su honor”, sostiene Cedó Alzamora.

Tras enfrentar a las tropas invasoras en 1898 las autoridades estadounidenses encarcelaron al capitán Bascarán en la prisión de Mayagüez.

El héroe muere en circunstancias extrañas

Según los datos recogidos en distintos artículos, biografías y libros, el 29 de octubre de 1898 Bascarán se ve “involuntariamente involucrado en un duelo con un buen amigo suyo”. Por este incidente, que hasta el día de hoy es un misterio y que algunos aseguran fue provocado para hacerlo caer en desgracia, “es hecho prisionero por las autoridades americanas en la cárcel de Mayagüez (altos del parque de bombas) donde, en extrañas circunstancias, aparecerá ahorcado (otros dicen que se pegó un tiro)”. Las autoridades civiles y militares nunca aclararon el caso.

Bascarán estudió inglés en los Estados Unidos y ha sido descrito “como de gran fortaleza física, alto, ágil, gallardo, con temple de acero ante el peligro. Amigo de las aventuras, hábil con la espada y la pistola, por lo que se le temía en los duelos. Era muy querido por el pueblo por su compasión y su solidaridad con el pobre y oprimido”.

Al momento de su muerte Bascarán vivía con su esposa, Concepción Gayá y cuatro hijos: Inés (casada con Santiago A. Panzardi, padre del automovilismo en Puerto Rico), Carmelo, Teresa y José de cuatro años.

Honran la memoria del “más grande héroe” de la guerra hispanoamericana Juancho Bascarán “Conozco sus historias y eso fue lo que me motivó a presentar la ordenanza para conmemorar dónde murió”, sostiene el legislador municipal Víctor Vélez quien promovió la ordenanza.

Vélez lamenta que la historia de Bascarán no se conozca “porque la gente olvida el pasado y nadie es profeta en su tierra”.

“No se educa la historia de los próceres mayagüezanos en todas las instituciones educativas de nuestro pueblo. Recordemos que Juancho Bascarán fue el último héroe declarado en la guerra hispanoamericana”, recalcó el legislador.

Historia breve de Juancho Bascarán

Juancho, como le conocían sus compueblanos, nació en Mayagüez el 24 de junio de 1854. Era hijo de Carmelo Bascarán Dueño, un ingeniero del municipio y de Teresa Quintero de Ceballos. Como su padre, Bascarán Quintero dedicó gran parte de su vida y sus mejores esfuerzos “al servicio de su pueblo y al de sus semejantes”.

En noviembre de 1868, dos meses después de la insurrección de Lares y con solo 14 años, ingresó a la cuarta compañía del Sexto Batallón de Voluntarios de Mayagüez. Posteriormente fue ascendido a alférez abanderado, una categoría inmediatamente superior a la de subteniente. Veinte años después, el 10 de junio de 1888 fue ascendido a capitán superior del Séptimo Batallón de Voluntarios de Maricao.

Luego de 25 años de servicio militar Juancho Bascarán fue condecorado con la Cruz del Mérito por Real Decreto del 3 de febrero de 1871 y la Real Orden del 27 de abril de 1893, con la Medalla de la Constancia, el 20 de marzo de 1881 y con la Medalla de Oro por dieciséis años de servicio. Fue calificado como “bueno en táctica, en procedimientos militares y en el arte militar”.

Posteriormente, se retiró de la milicia para atender sus negocios a través de la venta de armas de fuego y un barco que transportaba azúcar por el Mar Caribe y en el que se dice, traía juguetes para regalar a los niños de Mayagüez.

Gobernador de La Mona y alcalde de Las Marías

En el año 1894, Bascarán Quintero fue designado gobernador de la Isla de Mona, sin remuneración. Su función era erradicar la piratería de los mares que rodeaban esa isla, interesados en los valiosos depósitos de guano de La Mona que explotaba una compañía alemana.

“Don Juan Bascarán Quintero es un ejemplo vivo de superación, compromiso y de lo que debe ser un verdadero servidor de su Patria, representando a su vez, la esencia de un ciudadano ejemplar”, distingue la ordenanza.

Por cierto, la ciudad de Mayagüez ya le reconoció, póstumamente, como hijo predilecto. Su “ejemplar valentía nos llena de orgullo y satisfacción al conmemorar los aciagos sucesos de aquellos días ya lejanos en el recuerdo”, decían entonces.

“A manera de perpetuar su aportación, el gobierno municipal de Mayagüez, a través de esta ordenanza, establece que el nombre oficial del Salón de Conferencias del Centro Cultural Baudilio Vega Berríos será Don Juan Bascarán Quintero”, ordena el documento.

La ordenanza, aprobada por unanimidad, también dispone que se coloque una placa con el nombre y hazañas de “este insigne mayagüezano”, en un lugar prominente.

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