De Mayagüez la primera canción de protesta grabada en Puerto Rico

De Mayagüez la primera canción de protesta grabada en Puerto RicoEn Puerto Rico el origen de la plena todavía es incierto. Estudiosos del género musical como el profesor Félix Echevarría Alvarado, autor del libro La Plena: Origen, sentido y desarrollo en el folklore puertorriqueño afirman, categóricamente, que la plena se originó en el barrio La Joya del Castillo en Ponce. Los mayagüezanos también reclaman que la plena es suya; luego están los que dicen que la falta de material escrito ha provocado que las indagaciones dependan de la historia oral, que no siempre es precisa, por lo que no hay evidencia concreta de dónde se originó y quiénes se la inventaron. En lo que unos y otros coinciden es en que la plena es boricua, aunque sus precursores nacieran en otras tierras.

La Casa de la Plena Héctor Tito Matos, en la calle Loíza de Santurce acredita de manera sucinta, en una reseña publicada en su página web, que la plena, “es un género musical urbano de raíz africana gestado por la clase obrera puertorriqueña del que solo se tienen aproximaciones de su origen: al sur de la isla grande, con voces que apuntan hacia el área de Guayama y otras -las más- señalando a Ponce como cuna; en algún momento a partir del 1880, pero más probablemente durante los primeros años del siglo 20. En entrevistas antiguas, muches afirman que escucharon sus primeras plenas entre 1902 y 1905. Conocida tradicionalmente como ‘el periódico del pueblo’, el antropólogo y folklorista Ramón López la llamó simplemente ‘bembeteo’ por su tendencia a cantarle a la cotidianidad boricua”, CPHTM.

De Mayagüez la primera canción de protesta grabada en Puerto RicoAl margen de su lugar de origen, esa música negra y pobre tan ligada a la cultura popular puertorriqueña, que en Ponce fue proscrita a principios del siglo XX, no ha sido solo una válvula de escape para el divertimento de quienes la originaron y los que hoy día la cantan y la bailan, puesto que se convirtió en un instrumento de lucha de los trabajadores y trabajadoras de la caña, de las haciendas y de los talleres de costura quienes usaron sus cantos de plena para contar sus cuitas, denunciar desigualdades, exigir reivindicaciones y condiciones de vida y trabajo dignas. En Mayagüez ha sido así desde su creación, hasta nuestros días.

La plena que yo conozco…

La observación propia y los testimonios “auténticos” obtenidos de boca de algunos protagonistas han llevado a Echevarría Alvarado a concluir que los creadores de la plena puertorriqueña fueron John Clark y Catherine “doña Catín” George, un matrimonio que vino de Barbados, conocido como los ingleses, quienes tocaban guitarra y pandereta y cantaban por las calles del pueblo y los callejones de la Joya, una música y un ritmo que incitaba a la gente a bailar, a la que llamaron plena. Los hijes de la pareja consolidaron la raíz de la plena de Ponce.

El historiador y músico Edwin Albino Plugues cuenta un cuento similar con algunos matices. El también músico afirma que en Mayagüez la plena nace de unos cantos de plena que llegaron del este de la República Dominicana, al oeste de Puerto Rico, que originalmente eran “voceados por las calles del pueblo por trabajadores dominicanos que habían salido de su país huyendo de la dictadura de Ulises Hilarión Heureaux Lebert, Lilís, entre el 1880 y 1890”.

Esa historia, asegura, la contaban los viejos pleneros “Víctor Honoré, un antiguo haitiano, Raúl López ‘Cambo’ Fortunet, también de origen haitiano, además de la familia Colerién”. Los relatos, afirma, los recopiló el músico Iván Polanco Vázquez a través de una investigación sobre tradición oral “que hizo en la barriada Buena Vista sector los Colerientos a familias descendientes de antiguos haitianos y dominicanos que vinieron a Mayagüez a principios del siglo XX”.

Otros, como el fenecido historiador y antropólogo Ramón López plantea que “la plena nació simultáneamente en todos los lugares donde el movimiento de trabajadores los llevaba a buscar los medios de subsistencia para su familia y sus comunidades”. Una teoría que también defienden los investigadores, Emanuel Dufrasne González y Néstor Murray Irizarry en su libro: Puerto Rico y su plena: nuevas fuentes para su estudio, Volumen I, publicado en el año 2018.

De Mayagüez la primera canción de protesta grabada en Puerto RicoLópez sostiene, que los de aquí, que venían de las tradiciones de la bomba “encontraron que una música centrada en el pandero, que es un tambor redondo liviano, portátil, que se puede llevar donde quiera, le resultaba muy conveniente para festejar y divertirse musicalmente en cualquier lugar donde estuvieran”.

La plena del viejo Mon en la música típica

La plena que se toca en Ponce, dice Albino Plugues, tiene elementos diferenciadores con la plena de Mayagüez, que a su juicio, incluso “influenciaron la décima puertorriqueña”.

La plena ajibarada deriva, de acuerdo con el gestor cultural, “de las interpretaciones del viejo Mon del aguinaldo en plena, el aguinaldo mayagüezano y el seis mayagüezano” también destaca las aportaciones de la cantaora Carmen Fajardo Clivillé.

Según explica, la radio fue un taller de aprendizaje que robusteció la música típica. Mientras Toñín Romero (Juan Antonio Romero productor, trovador y plenero) acoge la plena ajibarada en 1937 cuando se inauguró la primera radioemisora ponceña WPRP; pero en la WKJB en la calle Minerva de Mayagüez ya se estaba cantando la plena ajibará que “surge del cántico urbano del viejo Mon y Carmen Fajardo Clivillé, quien cantaba aguinaldo con golpe de cuembé, con el que se podía acompañar la plena. Ramito los oye y lo lleva a su música. Qué bonita bandera es una plena ajibarada”, puntualiza.

De Mayagüez la primera canción de protesta grabada en Puerto RicoMon el viejo, Moncito y la plena de Mayagüez

Al margen de su lugar de origen de lo que no hay dudas es de la trascendental aportación que han hecho, desde el principio, los pleneros de Mayagüez, quienes conocían la plena ponceña.

“El viejo Mon (Ramón Rivera Alers) iba a Ponce y tenía amistad con el gran músico Joselín ‘Bumbúm’ Openheimer, (precursor de la plena ponceña y productor) quien vivió temporadas en Mayagüez y se casó con una mayagüezana”, recuerda Albino Plugues.

El musicólogo José Malavé asegura que “a partir del 1920 Mon Rivera padre ya había compuesto plenas en el barrio de Marini de Mayagüez”.

“Ya en los años 30 en Mayagüez despuntan otras figuras influenciadas por el viejo Mon”, entre ellos, Luis Detrés y José “Cheo” Pérez Silva, un carnicero del barrio Colombia quien junto a otros pleneros del gremio como Leopoldo y Ramón Frankie comienzan a grabar discos de 45 y 78 revoluciones en los años 50 y 60.

El viejo Mon era un coplero y carretero de las fincas de café y caña de Río Cañas Arriba, el barrio donde nació el maestro Eugenio María de Hostos y la patriota Mariana Bracetti, que colinda con el pueblo de Las Marías. Trabajó en la Puerto Rican Emergency Relief Administration (PRERA). Había sido constructor y empleado de la cafetería del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez (CAAM) hasta su deceso.

De Mayagüez la primera canción de protesta grabada en Puerto RicoEl viejo Mon “se ganaba la vida por las calles entonando coros publicitarios para los comercios mayagüezanos. Acompañado del pandero, improvisaba y componía letras que retrataban la cotidianidad de su gente”, sostiene el etnomusicólogo y profesor universitario César Colón Montijo.

“Más allá de su oficio de plenero publicitario, desarrolló un estilo de hacer plena que heredaron sus hijos Efraín e Ismael "Cocolai" Rivera González. Ellos lo seguían por el pueblo y lo acompañaban durante las festividades de Reyes Magos, fecha en que la plena inundaba las calles mayagüezanas”, reitera Colón Montijo en un artículo publicado en mayaguezsabeamango.com.

Cuando el viejo Mon enviudó de María Castillo se trajo consigo a su hijo Moncito: Efraín Rivera Castillo, quien en los años 40 siendo pelotero profesional y ejecutante de pandero se convirtió en un gran músico y un gran compositor que alcanzó la gloria en los años 60 cuando internacionalizó el género en Nueva York al grabar las plenas: Gallo espuelérico y Aló quién ñama que había compuesto su padre, el viejo Mon.

La plena de Mayagüez es de protesta

El historiador y plenero afirma que mientras en Ponce la plena “es pastoril” la de Mayagüez se da en la urbe y destaca en ella “la crítica social”.

“Aquí la plena es de protesta y canción patriótica influenciada, de alguna manera, por las gestas del prócer Eugenio María de Hostos, Ramón Emeterio Betances, Segundo Ruiz Belvis y eso se va quedando. La plena no dejó se ser obrera, en Mayagüez se quedó obrera. Era de los trabajadores de muelles, carreteros y esas son estampas que destacan en la plena del viejo Mon”, puntualiza Albino Plugues.

Advierte, que fue el viejo Mon quien rompió la tradición de las plenas románticas o de despecho cuando empieza a componer plenas que le dedica a personas y a estampas típicas que él vivió, entre ellas: El gallo espuelérico o el Carbón de palito en la que rinde tributo a las cocineras de las casas de los ricos, entre ellas, a su exesposa Juana, quien trabajó como cocinera en la casa de Sebastián Mir y la familia Arrarás.

Su hijo Efraín le agregaría la jocosidad y el trabalenguas que había iniciado el viejo, que se convirtió en su sello de identidad. Además, “le dio más velocidad a la plena”, afirma Albino Plugues.

Las coplas del viejo Mon y sus hijos Efraín y Cocolai eran más festivas “porque venían de cantar promesas de reyes, de las fiestas de cruz y ellos con panderos cantaban la plena coreada por las calles de la ciudad, para anunciar las tiendas de Mayagüez”, sentencia.

Las coplas del viejo Mon

Si bien es cierto que el viejo Mon se decanta por las coplas criollistas que narran sucesos populares de la ciudad, Aló quien ñama es un retrato de la lucha obrera y la primera canción de protesta que se graba en Puerto Rico.

De Mayagüez la primera canción de protesta grabada en Puerto RicoDicha plena denuncia la huelga en los talleres de costura de la primera mujer legisladora de las Américas, la mayagüezana María Luisa Arcelay que salpica a los Mamery, empresarios libaneses parientes directos del locutor, coleccionista y músico Gilbert Mamery.

“La huelga de la industria de la aguja en el taller de María Luisa Arcelay, en 1934, tiene un elemento en común con el vocerío contra la tiranía política que denunciaban a principios del siglo XX los trabajadores dominicanos y haitianos”, apunta el también plenero.

Punta’e clavo, toque distintivo de la plena mayagüezana

Otro elemento que distingue la plena tradicional mayagüezana, la “plena lenta o la plena lamento”, como también le llaman, es el estilo de tocar la pandereta requinto que es único en el país: “la punta de clavo”.

“Punta de clavo es darle con la punta de los dedos a la parte de enfrente del pandero, el dedo se coloca perpendicular al cuero. Se le da como si se fuera a clavar un clavo en el cuero”, explica Leró Martínez, músico, plenero, estudiante del Recinto Universitario de Mayagüez y estudioso del género.

Según Martínez, aunque ese toque hoy día está casi en desuso, durante décadas los pleneros de Mayagüez impusieron su sello distintivo a la hora de interpretar el requinto de plena.

De Mayagüez la primera canción de protesta grabada en Puerto Rico“El requintero más famoso en su época, Emilio Escobar, era el gran maestro de la plena y era de Mayagüez. Jesús Cepeda y otros aprendieron a tocar con Emilio Escobar”, explica Martínez.

De Mayagüez el estilo llegó a Santurce a través de los trabajadores que migraron hacia la capital y se instalaron en sus barrios marginales.

El sonido distintivo de los panderos de olla

Los panderos de madera empiezan a llegar a Mayagüez en los años 80 y 90 mientras en Ponce y Santurce ya se usaban de madera. Por décadas la plena de Mayagüez se tocaba con panderos de olla que “imprimieron un sonido característico al ritmo de la plena mayagüezana”. Para hacerlos se cortaban las ollas de aluminio para hacer el cuerpo de la pandereta.

“La interpretación de la plena mayagüezana, al ser con pandero de olla, provoca que el volumen no fuera tan alto como ahora, porque eran panderos de menor tamaño y hechos de ollas de aluminio. La forma de tocarlo no era con la mano completa. La plena contemporánea se toca con la mano completa. Lo tradicional era tocarla con los dedos”, apunta.

“La de Mayagüez era una plena más pausada, aunque las de Cocolai (Rivera) y (José) Cheo Pérez no eran tan lentas”, explica Leró a mayaguezsabeamangó.com.

Martínez confirma que “sí hay un estilo y unos matices dentro del estilo de requintear de un mayagüezano” que la hacen única.

El músico asegura que actualmente el mejor exponente del estilo mayagüezano es Pedro Noguet, El Único “heredero de esta tradición de los 60 y 70 de Cambo Fortunet del barrio Buena Vista”. El Único es un boricua residente de Nueva Jersey “que aprendió de los viejos pleneros”.

“Cuando él empezó era un chamaquito de ocho o nueve años que jangueaba con los viejos. Por eso es que le llaman así, porque era el único nene que compartía con esos pleneros viejos”. Sus discípulos, dice, no dominan el requinto mayagüezano.

Otra característica única de la plena mayagüezana es la manera de identificar los tambores. “Esa generación de pleneros le llamaba prima al requinto, el seguidor es la hermana y cuando llegó el punteador era la prima hermana, eso solo pasa en Mayagüez”, apunta el plenero.

De Mayagüez la primera canción de protesta grabada en Puerto RicoLa plena mayagüezana más vigente que nunca

De que la plena mayagüezana ha influenciado la música popular puertorriqueña no debe tener nadie dudas. En los años 60 y 70 las orquestas de salsa de Nueva York sumaron a su repertorio las coplas y el ritmo musical de las plenas de Mon Rivera hijo, a quien el profesor Elmer González le atribuye “hacer una de las transformaciones sonoras más relevantes y de mayor impacto al incorporar trombones a los arreglos de plena”.

Allá en Nueva York, su compueblano y rey de la plena, Ángel Luis Torruella también dejó su huella e incitó a un nuevo universo de pleneros que ha seguido la estela de los maestros de la plena mayagüezana entre los ue se cuentan: el viejo Mon Rivera Alers, sus hijos Efraín Mon Rivera Castillo y Cocolai Rivera, Monserrate “Monse” García, José “Cheo” Pérez Silva, Luis Detrés, los hermanos Leopoldo y Ramón Frankie. Y las mujeres pleneras, entre ellas, la primera mujer que cantó plenas allí, Carmen Fajardo Clivillé, la panderetera y cantaora María Luisa “Wichín” Caballery y la panderetera, bailaora, cantora y maestra María Cristina “Cristy” Alfonso Mangual, la reina de la bomba y de la plena, quien cantaba aguinaldos en plena y el aguinaldo típico; sin pasar por alto a los iniciadores de la plena mayagüezana “Víctor Honoré, Raúl López ‘Cambo’ Fortunet o los miembros de la familia Colerién, por mencionar solo algunos.

Hoy día, nuevas generaciones de pleneros y pleneras de Mayagüez, Ponce, Santurce o Loíza, siguen aportando al género, enriqueciendo musical y poéticamente los contenidos de las canciones que han dado voz a la clase trabajadora del país por más de cien años.

Esta música es nuestra, fluye por la sangre boricua, por eso no hay que extrañar que donde haya un puertorriqueño o una puertorriqueña y un pandero haya repique de plena pa’ denunciar, pa’olvidar las penas y pa’ gozar y bailar, en cualquier esquina de cualquier cuidad del mundo.